Sacerdote Patiño Rojas fomenta fútbol
http://listin.com.do/el-deporte/2013/5/5/275786/Sacerdote-Patino-Rojas-fomenta-futbol
Ramón Rodríguez
Jarabacoa, La Vega
Los niños y jóvenes tienen en el sacerdote Carlo Manuel Patiño Rojas, un gran aliado, un “Quijote”, cuyas ideas y trabajo tesonero mantiene cautivos a cientos de jóvenes de los extractos más humilde de aquí.
Tomando como estandarte el deporte, particularmente el fútbol, Patiño Rojas, director del Centro Juvenil Don Bosco, no solo ha impulsado el fútbol, sino también la formación de jóvenes en diferentes áreas.
Con una gran austeridad, con los exiguos recursos que recibe ha logrado incorporar a cientos de jóvenes y niños desesperanzados de esta sociedad, dándole la oportunidad de estudiar y hacer deporte.
Como en pasaje bíblico que habla del milagro de Jesús de multiplicar panes y pececillos para alimentar a una multitud, Patiño Rojas ha hecho rendir los “chelitos” que llegan al Centro por diversas fuentes para llevar esperanza y alimentación a niños y jóvenes de la calle.
“Nuestro enfoque es en el muchacho más pobre”, a los que damos todas las facilidades desde sus inicios, incluyendo garantizarle su alimentación, hasta gestionar y conseguirles becas para estudiar en las universidades del país.
A base de un trabajo duro y consistente, por más de dos años y medio el sacerdote Patiño Rojas ha encabezado las labores para promover no solo la práctica del fútbol, sino el rescate de niños y adolescentes de las calles y campos aledaños al municipio de Jarabacoa.
“El Centro Juvenil Don Bosco (de Jarabacoa) es un atractivo para los niños y jóvenes de aquí, porque además de la práctica del deportes (especialmente el fútbol), aquí les ofrecemos talleres donde pueden aprender un oficio”, afirma el entrenador José Manuel Rodríguez, quien junto a otro grupo de instructores y profesores ofrecen servicios en el citado centro.
Rodríguez es un ex jugador de fútbol y un producto del Centro Juvenil Don Bosco que cuenta que el fútbol llegó aquí con Don Bosco y que se ha diversificado a favor de la sociedad, especialmente de los más necesitados.
Sin importar las limitaciones, el sacerdote Patiño Rojas, de la mano con los profesores y técnicos del Centro Juvenil Don Bosco de Jarabacoa, no descansan en su labor de captar jóvenes de la calle que no tienen la oportunidad de practicar un deporte o de formarse con un oficio.
Objetivo“Nuestro principal intención es captar a esos jóvenes que no tienen oportunidades, que no tienen futuro y que andan por nuestras calles y campos. Es una manera de evitar que vayan a la sociedad a delinquir o simplemente estén ociosos por ahí. Aquí queremos darles esperanza de un mejor futuro”, añade el Sacerdote que añora la intervención del Estado con una mayor asistencia.
Desde su llegada a este centro, el 19 de agosto de 2010, Patiño Rojas ha emprendido una cruzada para que este proyecto no se caiga y a mayor demanda, mayor esfuerzo para conseguir lo mínimamente necesario para echar adelante las labores del centro y así evitar la deserción de niños y adolescentes.
Gracias a la labor que desarrolla el Centro Juvenil Don Bosco de Jarabacoa, más de 300 niños son alimentados diariamente. Estos junto a cientos que van a ese complejo, estudian y hacen una gran diversidad de actividades deportivas y culturales.
El Centro subsiste gracias a un programa de apadrinamiento. Algunas personas dan 100, 200 pesos al mes de algunos empresarios. El Estado Dominicano apenas aporta 24 mil pesos mensuales. Hasta hace poco, en adición a esa suma recibían 20 mil pesos, pero al entrar en vigencia el nuevo Gobierno, esa ayuda fue suspendida, pero Patiño Rojas no pierde la esperanza de que esa suma sea repuesta nuevamente.
Otros recursos se obtienen mediante una Cena de Navidad que se celebra en Estados Unidos para el mes de diciembre, donde se recaudan fondos para mantener el Centro durante el año.
“Aquí trabajamos con recursos muy limitados”, dice Patiño Rojas, y habla de la necesidad de más utilería deportiva y la designación de entrenadores para eficientizar los programas y desarrollar otros.
ProgramasInsiste en el trabajo que se hace con la juventud y niñez más pobre de Jarabacoa.
Cuando llegó aquí, el centro tenía unos 400 jóvenes, hoy esa cifra llega a poco más de 1,800.
“Tenemos programas internacionales (Mano a Mano con Don Bosco), al que han incorporado unos 318 niños huérfanos de padres vivos, a los que enseñamos los valores y otorgamos becas, capacitación laboral, nivelación para elevar su nivel educativo en la escuela”, expresa el religioso, que no esconde su preocupación por las limitaciones en que se desenvuelve.
En el centro opera la Escuela de Fútbol Don Bosco de Jarabacoa, la cual era apadrinada por la República de Austria, pero hace un año la legación diplomática se retiró del país, según cuenta Patiño Rojas y el centro ha debido asumir los costos de operación de la misma con todas las precariedades.
El Centro Juvenil es otro de los proyectos que tiene unos 280 jóvenes que se reúnen por la noche, formándose en grupo y jugando baloncesto y otras actividades deportivas y recreativas. “A estos se les da formación en valores”, dice.
La Academia de Fútbol tiene a unos 470 jugadores entre niños hasta la categoría mayor, con 7 entrenadores, cuatro de ellos designados por el Ministerio de Deportes y el resto a cargo del Centro, los cuales “realizan una labor titánica cada día”
Todos estos programas cuentan con la ayuda de unos 30 seminaristas, los cuales trabajan en todas las áreas todo el día, además de un cuerpo de voluntario que funciona especialmente los fines de semana.
Regularmente, las labores del Centro se realizan de 8 de la mañana hasta las 12 del medio día y de 2 a 5 de la tarde. En las noches los trabajos inician a las 6, con el Oratorio Nocturno hasta las 10. “Todo esto es de lunes a lunes sin descansar”, apunta Regino Rojas, quien tiene una pesada carga como encargado.
El Centro tiene activos unos 1800 jóvenes. Eso indica que el 95 por ciento de la población de Jarabacoa, pasa por este centro para formarse en valores y hacer deportes, especialmente fútbol.
En el Centro opera una Academia de Béisbol, en la que participan activamente unos 400 jóvenes. Allí trabajan tres entrenadores, asistidos por otros voluntarios.
También escuelas de karate, música, un centro de informática. Para ello cuentan con un techado y un teatro, el único que existe en el municipio.
Más recientemente han iniciado un proyecto para promover el fomento y desarrollo de la práctica del baloncesto conjuntamente con las escuelas públicas de aquí. Acaban de celebrar un torneo con unos 80 jóvenes.
También se trabaja en la promoción del voleibol en los diferentes centros.
Para fortalecer los trabajos en estos proyectos ha solicitado la contribución del Ministerio de Deportes que ha ofrecido su concurso, pero lleva meses esperando una respuesta.
Todos estos programas se realizan a través de un denominado Consejo Deportivo, que se reúne todas las semanas para evaluar los trabajos y conocer de nuevas iniciativas.
Los asalariados son pagados con recursos de proyectos internacionales, cuenta Patiño Rojas, quien insiste en la estrechez económica en que se desarrolla el Centro.
Ramón Rodríguez
Jarabacoa, La Vega
Los niños y jóvenes tienen en el sacerdote Carlo Manuel Patiño Rojas, un gran aliado, un “Quijote”, cuyas ideas y trabajo tesonero mantiene cautivos a cientos de jóvenes de los extractos más humilde de aquí.
Tomando como estandarte el deporte, particularmente el fútbol, Patiño Rojas, director del Centro Juvenil Don Bosco, no solo ha impulsado el fútbol, sino también la formación de jóvenes en diferentes áreas.
Con una gran austeridad, con los exiguos recursos que recibe ha logrado incorporar a cientos de jóvenes y niños desesperanzados de esta sociedad, dándole la oportunidad de estudiar y hacer deporte.
Como en pasaje bíblico que habla del milagro de Jesús de multiplicar panes y pececillos para alimentar a una multitud, Patiño Rojas ha hecho rendir los “chelitos” que llegan al Centro por diversas fuentes para llevar esperanza y alimentación a niños y jóvenes de la calle.
“Nuestro enfoque es en el muchacho más pobre”, a los que damos todas las facilidades desde sus inicios, incluyendo garantizarle su alimentación, hasta gestionar y conseguirles becas para estudiar en las universidades del país.
A base de un trabajo duro y consistente, por más de dos años y medio el sacerdote Patiño Rojas ha encabezado las labores para promover no solo la práctica del fútbol, sino el rescate de niños y adolescentes de las calles y campos aledaños al municipio de Jarabacoa.
“El Centro Juvenil Don Bosco (de Jarabacoa) es un atractivo para los niños y jóvenes de aquí, porque además de la práctica del deportes (especialmente el fútbol), aquí les ofrecemos talleres donde pueden aprender un oficio”, afirma el entrenador José Manuel Rodríguez, quien junto a otro grupo de instructores y profesores ofrecen servicios en el citado centro.
Rodríguez es un ex jugador de fútbol y un producto del Centro Juvenil Don Bosco que cuenta que el fútbol llegó aquí con Don Bosco y que se ha diversificado a favor de la sociedad, especialmente de los más necesitados.
Sin importar las limitaciones, el sacerdote Patiño Rojas, de la mano con los profesores y técnicos del Centro Juvenil Don Bosco de Jarabacoa, no descansan en su labor de captar jóvenes de la calle que no tienen la oportunidad de practicar un deporte o de formarse con un oficio.
Objetivo“Nuestro principal intención es captar a esos jóvenes que no tienen oportunidades, que no tienen futuro y que andan por nuestras calles y campos. Es una manera de evitar que vayan a la sociedad a delinquir o simplemente estén ociosos por ahí. Aquí queremos darles esperanza de un mejor futuro”, añade el Sacerdote que añora la intervención del Estado con una mayor asistencia.
Desde su llegada a este centro, el 19 de agosto de 2010, Patiño Rojas ha emprendido una cruzada para que este proyecto no se caiga y a mayor demanda, mayor esfuerzo para conseguir lo mínimamente necesario para echar adelante las labores del centro y así evitar la deserción de niños y adolescentes.
Gracias a la labor que desarrolla el Centro Juvenil Don Bosco de Jarabacoa, más de 300 niños son alimentados diariamente. Estos junto a cientos que van a ese complejo, estudian y hacen una gran diversidad de actividades deportivas y culturales.
El Centro subsiste gracias a un programa de apadrinamiento. Algunas personas dan 100, 200 pesos al mes de algunos empresarios. El Estado Dominicano apenas aporta 24 mil pesos mensuales. Hasta hace poco, en adición a esa suma recibían 20 mil pesos, pero al entrar en vigencia el nuevo Gobierno, esa ayuda fue suspendida, pero Patiño Rojas no pierde la esperanza de que esa suma sea repuesta nuevamente.
Otros recursos se obtienen mediante una Cena de Navidad que se celebra en Estados Unidos para el mes de diciembre, donde se recaudan fondos para mantener el Centro durante el año.
“Aquí trabajamos con recursos muy limitados”, dice Patiño Rojas, y habla de la necesidad de más utilería deportiva y la designación de entrenadores para eficientizar los programas y desarrollar otros.
ProgramasInsiste en el trabajo que se hace con la juventud y niñez más pobre de Jarabacoa.
Cuando llegó aquí, el centro tenía unos 400 jóvenes, hoy esa cifra llega a poco más de 1,800.
“Tenemos programas internacionales (Mano a Mano con Don Bosco), al que han incorporado unos 318 niños huérfanos de padres vivos, a los que enseñamos los valores y otorgamos becas, capacitación laboral, nivelación para elevar su nivel educativo en la escuela”, expresa el religioso, que no esconde su preocupación por las limitaciones en que se desenvuelve.
En el centro opera la Escuela de Fútbol Don Bosco de Jarabacoa, la cual era apadrinada por la República de Austria, pero hace un año la legación diplomática se retiró del país, según cuenta Patiño Rojas y el centro ha debido asumir los costos de operación de la misma con todas las precariedades.
El Centro Juvenil es otro de los proyectos que tiene unos 280 jóvenes que se reúnen por la noche, formándose en grupo y jugando baloncesto y otras actividades deportivas y recreativas. “A estos se les da formación en valores”, dice.
La Academia de Fútbol tiene a unos 470 jugadores entre niños hasta la categoría mayor, con 7 entrenadores, cuatro de ellos designados por el Ministerio de Deportes y el resto a cargo del Centro, los cuales “realizan una labor titánica cada día”
Todos estos programas cuentan con la ayuda de unos 30 seminaristas, los cuales trabajan en todas las áreas todo el día, además de un cuerpo de voluntario que funciona especialmente los fines de semana.
Regularmente, las labores del Centro se realizan de 8 de la mañana hasta las 12 del medio día y de 2 a 5 de la tarde. En las noches los trabajos inician a las 6, con el Oratorio Nocturno hasta las 10. “Todo esto es de lunes a lunes sin descansar”, apunta Regino Rojas, quien tiene una pesada carga como encargado.
El Centro tiene activos unos 1800 jóvenes. Eso indica que el 95 por ciento de la población de Jarabacoa, pasa por este centro para formarse en valores y hacer deportes, especialmente fútbol.
En el Centro opera una Academia de Béisbol, en la que participan activamente unos 400 jóvenes. Allí trabajan tres entrenadores, asistidos por otros voluntarios.
También escuelas de karate, música, un centro de informática. Para ello cuentan con un techado y un teatro, el único que existe en el municipio.
Más recientemente han iniciado un proyecto para promover el fomento y desarrollo de la práctica del baloncesto conjuntamente con las escuelas públicas de aquí. Acaban de celebrar un torneo con unos 80 jóvenes.
También se trabaja en la promoción del voleibol en los diferentes centros.
Para fortalecer los trabajos en estos proyectos ha solicitado la contribución del Ministerio de Deportes que ha ofrecido su concurso, pero lleva meses esperando una respuesta.
Todos estos programas se realizan a través de un denominado Consejo Deportivo, que se reúne todas las semanas para evaluar los trabajos y conocer de nuevas iniciativas.
Los asalariados son pagados con recursos de proyectos internacionales, cuenta Patiño Rojas, quien insiste en la estrechez económica en que se desarrolla el Centro.
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